Jorge Eduardo Benavides (Arequipa, Peru 1964- )
studied Law and Political Science at the Universidad de Garcilaso de la Vega in
Lima. After graduating from the
university, he led creative writing workshops and worked as a radio journalist
in the Peruvian capital. From 1991 to
2002, he lived in Tenerife, Spain, where he was editor in chief of the
newspaper Siglo XXI as well as a weekly columnist for the Sunday
supplement of the Diario de Avisos.
During his time in Tenerife, he also founded and directed the workshop
on narrative Entrelíneas, taught courses at several institutions
including the Universidad de La Laguna and the Casa de la Cultura de Santa
Cruz.
He has published two collections of short stories, Cuentario
y otros relatos (Okura Editores, 1989) and La noche de Morgana
(Alfaguara, 2005) as well as four novels with Alfaguara, one of the most
prestigious publishers in Spanish and Spanish-American letters, Los años
inútiles (2002), El año que rompí contigo (2003), Un
millón de soles (2008) and La paz de los vencidos
(2009). Benavides has won several
important awards including most recently the 2009 Premio Novela Corta Julio
Ramón Ribeyro for his novel La paz de los vencidos. He has been a finalist for the Premio Tigre
Juan and Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos.
As a professor of creative writing, he has given
seminars and courses at Harvard, the Instituto Cervantes in Vienna and
Albuquerque, and other universities and cultural centers in Madrid, Granada, La
Coruña, Santander, Lima, Miami and Geneva.
He also directed an on-line creative writing course in collaboration
with Grupo Prisa’s literary blog, El Boomeran(g).
He currently resides in
Madrid, directing the Centro de Formación de Novelistas
(www.cfnovelistas.com) and writes
frequently for publications such as El País, Letras Libres, Eñe
and Mercurio.
Last Fall, Benavides was
a writer-in-residence at the University of Wisconsin-Green Bay where he taught
two courses (Spanish 438: Major Spanish and Latin American Writers and Spanish
465: Special Topics-Creative Writing).
In addition to his teaching duties, Jorge gave several well-attended
(and well-received) lectures and workshops at the Brown County Library, Reader’s Loft Bookstore, Instituto Cervantes in Chicago and University of
Wisconsin-Madison.
Madison, WI October, 2011. |
With Dr. Cristina Ortiz (UW-Green Bay) and Dr. Ksenija Bilbija (UW-Madison), October, 2011. |
With Dr. César Ferreira (UW-Milwaukee) in Chicago, October, 2011. |
For more information, check
out the Cervantes Virtual site created by Eva Valera (Universidad de Alicante), Jonathan Blitzer’s
interview and translation in Words Without Borders and Jorge's personal website.
Jorge and I at the Santiago Calatrava-designed Milwaukee Art Museum, October 2011. |
That brief Wikipedia-esque
intro on Benavides was mainly for the uninitiated. Here’s more…
I first met Jorge in Madrid
the summer of 2007 while I was trying to narrow down the topic of my doctoral
dissertation. At that time, I had become
bored with the style over substance which characterized many of the McOndo
writers (to be fair, most of the authors from the anthology have since produced
incredible stuff –Fuguet, Soler, Paz Soldán, Fresán et al…) and Jorge’s work
was just such a refreshing read…equal parts socially committed and
aesthetically challenging. His novels
are masterful totalizing postmodern narratives, while his short stories blend Cortázar’s
neofantastic literature with Julio Ramón Ribeyro’s eye for detail.
But nothing could have
prepared me for his most recent work, Un asunto sentimental. He certainly doesn’t eschew the literarity of
his previous novels—there’s a fair amount of structural experimentation—however, what
stands in my mind above all else is the story itself…it’s absolutely riveting. The novel will be published by Alfaguara in the
coming months, and as we get closer to the release date I plan on writing a
more “professional” review/analysis. For now, I should tell
you it’s wonderful: there’s love, doomed relationships, intrigue, dueling ideologies and
worldviews, terrorism and
a host of characters that constitute a veritable who’s who of contemporary Spanish
and Latin American authors. There are remarkable descriptions
of Venice, Berlin, Barcelona, Damascus, New York, Madrid, Istanbul, Lima, Geneva
etc. … Un asunto sentimental is the literature of our globalized world, the
literature of now.
The first time I
interviewed Jorge, he claimed that his works do not lend themselves to filmic
adaption. I beg to differ. (It’s
probably because I tend to make my students imagine what actor would play a
role in an adaption of any given book we read in class…I feel as though this
activity engages students who are otherwise not exactly voracious readers…). As I read this
latest novel, I couldn’t help but envision certain episodes on the big screen. I
even thought of the actress that I’d cast to play Dinorah Manssur, the novel’s
focal point.
The beautiful Syrian actress Kinda Aloush. |
The following is one of
the most powerful images of Un asunto sentimental…after finishing it, I
thought to myself, “This could also be a scene from a movie…an iconic scene, no less.”
I am sure Jorge hates this idea...hehehe...
»Faltaban
pocos minutos para las ocho de la mañana. Lo recuerdo perfectamente porque acababa de mirar el reloj por segunda vez. Quería llegar temprano
a la biblioteca y me había dormido. De pronto, un teléfono móvil timbró a mi
izquierda y la chica de cabellos recogidos en una cola de caballo tardó en
hacer el ademán de buscarlo, atenta al semáforo, dejando que fuera su diestra
la que rebuscara con familiaridad en el bolso. A mi derecha timbró con un
segundo de diferencia otro teléfono y esta vez fue un hombre joven, de traje azul,
el que se llevó la mano al bolsillo interior de la chaqueta, en un gesto brusco
e instintivo, como si quisiera aplastar un insecto. De inmediato timbró con
estridencia el teléfono de la señora que estaba su lado, y casi al instante repiquetearon
diez, veinte, cuarenta teléfonos más: todo los móviles hasta donde alcanzaba
nuestra vista y oído se pusieron a timbrar y a vibrar, como el mío, que saqué
de inmediato. En ese momento inverosímil e irreal todos nos miramos a los ojos
con incredulidad y miedo mientras atendíamos nuestras respectivas llamadas. La
mía me devolvió la voz vibrante de Isa, una amiga con la que me veía esporádicamente, “¿ya te has enterado? ¿Dónde estás?”, dijo a modo de saludo, y
su tono serio, exento de dramatismo, resbaló por mi espalda como el filo de una
cuchilla. “¿De qué, qué ha ocurrido?” Miré a mi alrededor y la chica de los
cabellos recogidos en una cola tenía el rostro descompuesto y ceniciento, como
si fuese a ponerse a gritar en cualquier instante, el joven de traje azul
estaba muy pálido y escuchaba lo que le decían por teléfono asintiendo con la
cabeza mecánicamente. Una señora exclamó en un tono destemplado, incrédulo, como si le faltara el aliento “mi hijo” y se lanzó a codazos
a detener un taxi. Pero ya más personas se abalanzaban levantando las manos,
exasperándose porque otros les ganaban los taxis que iban apagando sus
letreritos verdes de disponibilidad uno a uno. “Jorge, Jorge, ¿me escuchas? Ha
habido un atentado en Atocha”, escuché la voz de mi amiga a punto de quebrarse,
“no se sabe ni cuántos muertos hay pero es horrible. ¡Horrible!” A lo lejos se
alzó la estridencia circular y avasallante de una sirena, y luego otra más, como
un lamento.
»Todo Sol y alrededores sufrió
como un espasmo: de pronto un tropel angustiado de gente corría en busca de un taxi, cruzaba a la carrera la calle y
sin dejar de hablar por el móvil, esquivaba peligrosamente a los autobuses, a
los coches de la policía que aparecieron veloces como un mal presagio no se
sabe de dónde, igual que las ambulancias cuyo ulular añadía zozobra y confusión.
Al principio, durante aquellos irreales primeros minutos, hubo un estupor incómodo
de sabernos todos compartiendo aquella horrible noticia pero sin el alivio
gregario de decírnoslo mutuamente, cada uno viviendo su preocupación o su drama
en solitario, en medio de todos los demás que también pensábamos en los
nuestros, en los miles de amigos, hermanos, maridos, mujeres, cuñados, hijos
que a esa hora colapsaban la estación de Atocha donde habían explotado dos o tres bombas, nadie sabía nada a ciencia cierta, al menos no los que estábamos en la calle y luego de ese inicial desconcierto en que tardamos en comprender
los alcances de todo aquello caminábamos en silencio o llorando hacia la
estación o hacia casa, hacia algún bar en todo caso donde los televisores mostraban
repetidas, idénticas, minuciosas imágenes de la horrible matanza: sonámbulos e
irreconocibles, con la ropa hecha jirones, ensangrentados,mutilados, los
supervivientes de aquella carnicería deambulaban entre gritos o en silencio, y
las cámaras mostraban los vagones desventrados como latas de sardinas y
nosotros mirábamos aquello sin poder creerlo, incapaces de aceptar que eso estaba ocurriendo a menos de un cuarto de hora de caminata de donde contemplábamos
tamaña desolación...me temblaban tanto las manos que me pedí un café y luego un
chupito de whisky.»
These past few months I have been working on the English translation of the novel. One of the most complicated aspects of the project is negotiating the different linguistic registers that Jorge utilizes so skillfully. At times, he alternates narrators with markedly distinct ‘narratorial’ accents: the point of view is obviously different, but the tricky part is capturing the subtle nuances of the language—the principle narrator, the fictional Jorge Eduardo Benavides, has the Spanish of a Peruvian who has spent the last twenty years in Spain, whereas the secondary voice, Albert Cremades, exudes a very Iberian (ok, Catalan) inflection. Time to get back to work...
No comments:
Post a Comment